martes, 28 de noviembre de 2017

El Merecimiento


Cuando me planteé la posibilidad de hacer lo que más me agrada de manera consciente; que es escribir y dejar mi granito de arena en la Revista Sanadores, además de compartir este espacio con personas maravillosas, escogí el tema del Merecimiento.

De inmediato mi mente racional que me acompaña para todos lados y a la que consiento de vez en cuando empezó a hablar; sí a hablar y le permití unos cuantos minutos a que se expresara. Surgieron preguntas, cuestionamientos, frases elocuentes de esas que dan risa pero decidí detenerme un instante en algo que empezó a hacer ruido y no fue sino la sencilla pregunta de…¿ Qué es el merecimiento ?.

Poco a poco fui deshojando la margarita y fui cayendo en cuenta que nuestra conciencia del merecimiento tiene que ver con nuestras creencias fundamentales, esas que se han ido asentando en nuestra personalidad desde muy pequeños y tienen total relación con lo que creemos que somos y no con lo que realmente somos.

Tomar conciencia para conectarnos con nuestro presente y de esa forma diseñar el camino que deseamos trazar es fundamental. Por derecho de nacimiento tenemos a nuestra disposición toda la paz, amor, salud, bienestar y prosperidad que estemos dispuestos a aceptar, porque lo que somos no conoce la palabra límites.

Cuando nos damos el permiso de conocer verdaderamente quiénes somos y aprendemos a amarnos por los que somos, tomaremos conciencia de que estamos viviendo y vibrando en alta frecuencia dentro de este océano energético.

Con frecuencia cuando a nuestras vidas llegan esas grandiosas oportunidades de prosperidad, bonanza o bienestar inmediatamente sentimos que estamos usando un traje con una o dos tallas menos; empezamos a sentir angustia y en algunos casos hasta asfixia porque el traje aprieta demasiado sin darnos cuenta que lo que realmente importa no es el traje en sí, sino la dicha de manifestar en completa libertad de que no está prohibido ser feliz, no está prohibido merecer la abundancia, el amor, la paz, la salud etc, que han estado allí  tal vez años esperando un pequeño gesto de aceptación por parte nuestra.


Al fin y al cabo debemos convencernos de que no hay y ni habrá ninguna trampa organizada por el universo y tampoco ningún castigo asociado al simple hecho de sentirnos a gusto y convencidos de merecer todo lo bueno que existe para cada uno de nosotros.
Por ello  Manos a la obra… Vivamos a plenitud el Merecimiento


Caterina Gravina

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