El tiempo es una medida empleada
para medir la duración de los acontecimientos, a ciencia cierta no se requieren
instrumentos especializados para poder
medirlo, desde la antigüedad se ha empleado la astrología para estimar el
tiempo, siendo el sol el primer elemento empleado para contabilizar el tiempo,
siendo los días la unidad más empleada en aquellos tiempos.
Con el paso de los soles, el ser
humano iba notando como existía un ciclo que influía en todas las especies
vivas sobre el planeta, desde una planta que inicia su germen de vida en la
semilla, su crecimiento, floración, frutos y su decadencia hasta la muerte y
posterior sustitución por otra semejante con características similares, con ciertos
cambios, lo mismo notó en los animales y hasta los humanos, entendiendo con el
transcurrir de los soles el concepto de envejecimiento, llegando a asimilar
dicho ciclo, como natural, que avanza sin detenerse, para todos por igual,
entonces el humano se traza metas y objetivos que tienes como referencia el
tiempo, entiende que el tiempo es corto, por lo cual busca emplearlo en cosas
agradables, a fin de obtener beneficios de él, hasta llegar al punto de querer
vencer la acción del mismo.
El tiempo según se estime, puede
pasar rápido o lento, si tu atención se mantiene en alguna actividad específica
impresiona que el tiempo se pasa muy rápido, en cambio si tu atención está en
el tiempo en sí, éste se hace lento, eterno, me llaga a la mente un reflexión,
el tiempo al igual que la luz se modifica por la acción del observador, lo
mismo que ocurre en el experimento de la doble rendija, ocurre con el tiempo.
Me explico, el experimento de la
doble rendija arrojó un resultado que nadie ha podido dar respuesta, la luz se
comporta como una partícula cuando es observada y como una onda cuando no está
siendo observada; al parecer el tiempo se comporta de manera similar, cuando fijamos
la atención en él se hace más lento y cuando no lo hacemos se hace rápido,
espero que algún científico práctico lea estas líneas y se anime a estudiarlo.
DR SCOVINO