jueves, 13 de septiembre de 2012

EL PODER DE LA INTENCIÓN



Buscando en la web algo que realmente, haga una sanación desde otros puntos de vista diferentes a los ya conocidos por nosotros, me he topado con este tema, al leerlo entro en catarsis y mirando hacia mis adentros pienso, quien logre este estado se ha sanado a si mismo, os invito a disfrutar de esta lectura, que contiene una enseñanza muy práctica, pero antes los 7 pasos de la Intención:



  1. Empieza por tener una idea clara
  2. Al tener esa idea, da Gracias
  3. Ahora en éste punto dices: "Mi intención es"
  4. Complementas: "Para mayor bien mío, del Universo y de todas las personas envueltas"
  5. Finalizas diciendo: "Así es y así será"
  6. Vuelve a dar Gracias y te visualiza recibiendo
  7. Confía en que lo vas a recibir

Has el ejercicio de la intención y verás los resultados, no te saltes ningún paso y verás lo que puedes construir, lee éste artículo y verás porque algunas personas que conoces son tan exitosas y otras como tú, tal vez no. Espero os guste.


Una persona que vive en un estado de unidad con la Fuente de toda vida no aparenta ser diferente de la gente corriente. Estas personas no lucen un halo ni se visten con ropas especiales que anuncien sus cualidades divinas. Pero cuando notas que van por la vida como los afortunados que parecen obtener todas las ventajas, y te pones a hablar con ellos, te das cuenta de lo singulares que son comparados con las personas que viven en los niveles ordinarios de consciencia. Pasa algunos momentos conversando con estas personas que ya están conectadas con el poder de la intención y verás lo especiales que son.

Estas personas, a quienes yo llamo conectadores para resaltar su armoniosa conexión con el campo de la intención, son individuos que se han hecho a sí mismos disponibles para el éxito. Es imposible encontrarlos en un estado de pesimismo con respecto a la consecución de lo que desean para sus vidas. En vez de utilizar un lenguaje indicador de que sus deseos no pueden materializarse, hablan desde una convicción interior que comunica su simple y profundo conocimiento de que la Fuente universal suministra todo.


Ellos no dicen: "Con esta suerte que tengo, no puede ser que las cosas se arreglen". En lugar de eso, es mucho más probable oírles decir algo así como: "Planeo crear esto y sé que funcionará". No importa cuánto trates de disuadirles advirtiéndoles acerca de todas las razones por las que su optimismo debería mitigarse; ellos parecen estar felizmente ciegos a esas repercusiones "realmente comprobadas". Parece como si estuvieran en un mundo diferente, un mundo en el que no pueden escuchar las razones por las que las cosas no van a salir bien.

Si te empeñas en hacer que hablen contigo de esta idea, sencillamente te dirán algo así como: "Me niego a pensar que podría no suceder, porque yo atraeré exactamente aquello en lo que piense, por eso sólo pienso en lo que sé que sucederá". No les importa lo que sucedió antes. No se relacionan con los conceptos de fracaso o imposibilidad. Sin más alardes, a ellos no les afectan las razones que haya para ser pesimistas. Se han hecho disponibles para el éxito, y conocen y confían en una fuerza invisible que es omniprovidente. Están tan bien conectados a la Fuente que todo lo provee que es como si tuvieran un aura natural que impide que nada proveniente del exterior pueda debilitar su conexión con la energía creadora del poder de la intención.

Los conectadores no focalizan sus pensamientos en lo que no quieren porque, como te explicarán, la Fuente de todo sólo puede responder como lo que es, que no es otra cosa que abastecimiento infinito. No puede llevarte a pasar penurias o escasez, ni a cosas que no funcionen, porque no es ninguna de esas cosas. Si yo le digo a la Fuente de todas las cosas, "Esto probablemente no va a funcionar", recibiré de ella precisamente eso que le envié, de manera que será mejor que no piense en nada que no concuerde con lo que mi Fuente es.

A la persona promedio que tiene temores acerca del futuro, todo esto le sonará a galimatías. Le pedirán a su amigo el conectador que dé un vistazo a la realidad y que, de modo realista, compruebe en qué mundo vive. Pero los conectadores no se desvían de su conocimiento interior.. Te dirán, si te decides a escuchar, que este es un universo de energía y atracción, y que la razón por la que tanta gente vive vidas de temor y sufrimiento es porque dependen de su ego para el cumplimiento del sus deseos. Es simple, te dirán. Reconéctate a tu Fuente, y sé como tu Fuente, y tus intenciones encajarán perfectamente con la Fuente omniproveedora.

Para los conectadores todo esto parece muy sencillo. Mantén tus pensamientos en lo que tienes la intención de crear. Permanece sólidamente alineado con el campo de la intención, y busca las pistas que te lleguen desde la Fuente omnicreadora. Para un conectador, sencillamente los accidentes no existen. Perciben los sucesos aparentemente insignificantes como si hubiesen sido orquestados en perfecta armonía. Creen en la sincronicidad y no les sorprende que aparezca la persona perfecta para una situación dada, o que alguien en quien hayan estado pensando de pronto les llame, o que un libro les llegue de improviso en el correo trayéndoles la información que necesitaban, o que aparezca misteriosamente el dinero necesario para financiar un proyecto que han estado planeando.

Los conectadores no intentarán convencerte de su punto de vista con argumentos. Saben hacer algo mejor que poner un montón de energía en discutir o en ser frustrado, porque eso atraería discusiones y frustraciones a sus vidas. Ellos saben que saben, y no les seduce construir una fuerza opositora de resistencia hacia la gente que vive de otra manera. Aceptan la idea de que los accidentes no existen en un universo que tiene como Fuente una fuerza energética invisible que continuamente crea y proporciona un suministro infinito a todo aquel que quiera abastecerse de ella. Si les preguntas, te lo dirán simple y claro: "todo lo que tienes que hacer para llamar al poder de la intención es permanecer en perfecta alineación con la Fuente de todo, y yo he elegido permanecer tan estrechamente alineado con la Fuente como me sea posible."

Para los conectadores, todo lo que aparece en su vida está ahí porque el poder de la intención así lo planeó. Por eso siempre están agradecidos. Se sienten agradecidos por todo, incluso por cosas que podrían parecer obstáculos. Tienen la habilidad y el deseo de ver una enfermedad temporal como una bendición, y saben en su corazón que, en alguna parte de ese revés, hay una oportunidad, que es lo que buscan en todo lo que surge en sus vidas. A través de su agradecimiento, honran todas las posibilidades, en lugar de pedir a su Fuente las cosas, porque eso sería como dar poder a algo que ya ha desaparecido. Ellos comulgan con la Fuente en un estado de reverente gratitud hacia todo lo que se presenta en sus vidas, sabiendo que esto faculta a su intención para manifestar precisamente lo que necesiten.

Los conectadores se describen a sí mismos como personas que viven en estado de agradecimiento y audacia. Es improbable que les oigas quejarse de algo. Ellos no son "sacadefectos". Si llueve, lo disfrutan, sabiendo que no conseguirán ir donde quieren si sólo viajan en los días soleados. Así es como reaccionan frente a todas las cosas de la naturaleza, con agradecida armonía. La nieve, el viento, el sol y los sonidos de naturaleza, todos son recordatorios para los conectadores de que ellos son una parte del mundo natural. El aire, independientemente de su temperatura o velocidad, es el venerado aire aliento de vida.

Los conectadores agradecen al mundo y a todo lo que éste contiene. La misma conexión que experimentan con la naturaleza la sienten hacia todos los seres, incluyendo a aquellos que vivieron antes y a los que aún estar por llegar. Tienen conciencia de la unidad y, por lo tanto, no hacen distinciones entre tales o cuales clases de personas. Para un conectador, todo es "Nosotros". Si pudieras observar su mundo interior, descubrirías cómo les hiere el dolor infligido a su prójimo. Carecen del concepto de enemigos, porque saben que todos nosotros emanamos de la misma Fuente divina. Prefieren valorar las diferencias en la apariencia y en las costumbres de las demás personas en vez de fijarse en lo que les disgusta de ellas, criticarlas o sentirse amenazados por ellas. Su conexión con los demás tiene una naturaleza espiritual, pero no se separan espiritualmente de nadie, independientemente de dónde vivan o lo diferentes que puedan ser sus aspectos o costumbres de los suyos propios. En su corazón, los conectadores sienten una afinidad hacia toda vida, así como hacia la Fuente de toda vida.

Este vínculo de conexión es lo que hace a los conectadores tan expertos en atraer a su vida la cooperación y asistencia de otros en el cumplimiento de sus propias intenciones. El sólo hecho de sentirse conectado significa que, en las mentes de los conectadores, no hay nadie en este planeta con quien no estén unidos espiritualmente. En consecuencia, viviendo en el campo de la intención pueden acceder en todo momento a cualquier sistema de vida en el universo en el que pongan su atención, porque ya están conectados a este sistema de la energía dadora de vida y a todas sus creaciones. Ellos agradecen esta conexión espiritual, y no derrochan energía en despreciarla o criticarla. Nunca se sienten separados de la asistencia que todo este sistema dador de vida les ofrece.

Por lo tanto, los conectadores no se sorprenden cuando la sincronicidad o las coincidencias les traen los frutos de sus intenciones. Saben en sus corazones que esos sucesos, aparentemente milagrosos, han sidos traídos a su espacio vital inmediato porque ellos mismos ya estaban conectados con esos eventos. Pregunta a los conectadores y te dirán que, naturalmente, es la ley de atracción la que trabaja. Permanece vibratoriamente afinado con lo que la Fuente de toda vida planea para ti, y todas las personas y todos los poderes de ese campo de intención cooperarán contigo para traer a tu vida lo que desees. Ellos saben que así es como trabaja el universo. Otros podrán insistir en que los conectadores son meros afortunados, pero la gente que disfruta del poder de la intención sabe que no es así. Saben que pueden gestionar la presencia de cualquier cosa en la que fijen su atención mientras permanezcan en consonancia con las siete caras de la intención.

Los conectadores no se jactan de su buena fortuna, sino que se encuentran en un perpetuo estado de gratitud y de radical humildad. Entienden cómo trabaja el universo, y permanecen en un dichoso alineamiento con él, no le desafían ni le encuentran defectos. Pregúntales esto y te dirán que todos somos parte de un sistema de energía dinámica. Te explicarán que la energía que se mueve con más rapidez disuelve y anula a la más lenta. Estas personas eligen estar en armonía con la energía espiritual invisible. Han entrenado sus pensamientos para moverse hacia los más elevados niveles vibratorios y, consecuentemente, son capaces de desviar las vibraciones más lentas/más bajas.

Los conectadores producen un gran efecto cuando entran en contacto con personas que están viviendo en niveles inferiores de energía. Su sosiego tiene el efecto de hacer que los demás se sientan seguros y tranquilos, e irradian una energía de serenidad y paz. No les interesa salir victoriosos de las discusiones ni sumar aliados. Más que intentar persuadirte para que pienses como ellos, te convencen a través de la energía que exudan. La gente siente amor por los conectadores, porque están imbuidos en la Fuente de toda vida, que es el amor.

Los conectadores te dicen sin dudarlo que eligen sentirse bien, independientemente de lo que pase a su alrededor o de cómo puedan juzgarles los demás. Saben que sentirse mal es una elección, y que la misma no es útil para corregir las situaciones desagradables en el mundo. Por eso utilizan sus emociones como un sistema de orientación para determinar cuán sintonizados están con el poder de la intención. Cuando se sienten mal por algo, lo usan como indicador de que ya es hora de cambiar su nivel de energía para sintonizarse con la pacífica y amorosa energía de la Fuente. Se repetirán a sí mismos: "Quiero sentirme bien" y, con este deseo, reconducirán sus pensamientos hacia la armonía.

Aunque el mundo esté en guerra, seguirán optando por sentirse bien. Aunque la economía se caiga de bruces, seguirán queriendo sentirse bien. Aunque las tasas de delincuencia suban o los huracanes rujan en alguna parte del planeta, seguirán eligiendo sentirse bien. Si les preguntas por qué no se sienten mal cuando están pasando tantas cosas malas en el mundo, sonreirán y te recordarán que el mundo de espíritu desde el cual se planea todo trabaja desde la paz, el amor, la armonía, la bondad y la abundancia, y yo elijo residir en el interior de mí mismo. Sentirme mal sólo asegura que atraeré a mi vida más de lo que me hace sentirme mal.

Los conectadores sencillamente no permiten que su bienestar dependa de algo externo a ellos mismos, no del tiempo atmosférico, ni de las guerras existentes en algún lugar del globo, ni del panorama político, ni de la economía ni, desde luego, de nadie que haya decidido estar en una energía baja. Trabajan con el campo de la intención, emulando lo que ellos saben que es la Fuente creadora de todo.

Los conectadores siempre están en contacto con su naturaleza infinita. La muerte no es algo a lo que teman; si les preguntas te dirán que, en realidad, nada que haya nacido puede terminar nunca. Ven la muerte como cambiarse de ropa o pasar de una habitación a otra: una mera transición. Ellos están apuntados hacia la energía invisible que planifica todas las cosas en nuestra existencia, a la que ven como su verdadero ser.

Gracias a que los conectadores siempre se sienten alineados con todos y con todo en el universo, no experimentan el sentimiento de estar separados de nadie ni de nada que quisieran atraer a sus vidas. Su conexión es invisible e inmaterial, pero nunca es puesta en duda. Consecuentemente, descansan en esa energía interna espiritual invisible que penetra todas las cosas. Viven en armonía con el Espíritu, no viéndose jamás como algo separado de Él. Este conocimiento es clave en su visión cotidiana del funcionamiento del poder de la intención.

Sencillamente, te será imposible convencer a los conectadores de que no se materializará lo que se proponen, porque confían absolutamente en su conexión con la energía de la Fuente. Te invitarán a elegir con qué posibilidad vas a identificarte y, a partir de allí, te alentarán a que vivas como si ya la hubieses obtenido. Si no puedes hacerlo, y permaneces anclado en la preocupación, la duda y el temor, te desearán lo mejor, pero continuarán haciendo lo que ellos llaman "pensar desde el final". Pueden ver lo que pretenden manifestar en sus vidas como si ya se hubiese materializado y, para ellos, como esto es ya completamente real en sus pensamientos, será su realidad. Te dirán con franqueza: "Mis pensamientos, cuando se encuentran armonizados con el campo de la intención, son pensamientos de Dios, y así es como yo elijo pensar". Si permaneces cerca de ellos lo suficiente, verás lo excepcionales que son consiguiendo los frutos de sus intenciones.

Las personas conectadoras son excepcionalmente generosas. Es como si lo que ellos quisieran para sí mismos sólo pudiera subordinarse a desearlo aún con más fuerza para su prójimo. Encuentran un gran placer en dar. Puede que los demás se pregunten cómo hacen para no acumular cosas para ellos mismos, aun cuando en sus vidas reine la abundancia, y porqué no parece faltarles nada de lo que desean. El secreto del poder de la intención, te dirán, está en pensar y actuar igual que la Fuente omniproveedora donde todo se origina. Ella siempre está proveyendo, y yo también elijo ser un proveedor. Cuanto más me entrego a mí mismo y a todo lo que fluye de mí, más veo fluir hacia mí.

Los conectadores son gente altamente inspirada. Viven más en el espíritu que en las formas. Consecuentemente, son inspirados e inspiradores, lo cual ven como lo opuesto a lo que ya está formado y con su información completada. Estas personas tienen un fuerte sentido de su propio destino. Saben por qué están aquí, y saben que son algo más que una colección encapsulada de huesos, sangre y órganos metidos dentro de un cuerpo, debajo de una piel cubierta de pelos. Están viviendo, sobre todo, con propósito, y han elegido evitar ser distraídos por las demandas del ego. Sienten un gran respeto por el mundo del Espíritu y, comulgando con esta Fuente, permanecen inspirados.

Su nivel de energía es excepcionalmente alto. Es una energía que los define como conectadores. Es la energía de la Fuente, una frecuencia vibratoria rápida que lleva el amor a la presencia del odio y convierte ese odio en amor. Exhiben un semblante pacífico en presencia del caos y de la disonancia, y trasmutan las energías más bajas en la energía superior de la paz. Cuando estés con quienes residen en el campo de la intención, te sentirás energizado, limpiado, más saludable e inspirado. Como tienen una notable ausencia de juicio hacia los demás, tampoco los inmovilizan los pensamientos ni las acciones ajenas. A menudo son etiquetados como distantes y fríos porque no se sienten inclinados hacia la charla intrascendente ni hacia la murmuración. Te dirán que el Espíritu es quien da vida, y que todos en este planeta llevan ese Espíritu en su interior, esa fuerza eternamente todopoderosa. Ellos lo creen así, lo viven así, e inspiran a los demás.

Irán aún más lejos; te dirán que los desequilibrios de la tierra tales como los terremotos, las erupciones volcánicas y los patrones climáticos extremos son el resultado de un desequilibrio colectivo de la conciencia humana. Te recordarán que nuestros cuerpos están hechos de los mismos materiales que la tierra, que el 98 por ciento del fluido que compone nuestra sangre fue alguna vez agua oceánica, y que los minerales de nuestros huesos fueron componentes de los suministros finitos de minerales que hay en la tierra. Se ven a sí mismos como uno con el planeta, y sienten la responsabilidad de permanecer en equilibrio armónico con el campo de la intención para ayudar a estabilizar y armonizar las fuerzas del universo que pudieran salirse de equilibrio cuando vivimos desde un ego excesivo. Te dirán que los pensamientos, sentimientos y emociones son vibraciones, y que la frecuencia de estas vibraciones puede crear contrariedades que nos afectarían no sólo a nosotros mismos, sino a todo lo que esté hecho de la misma materia.

Los conectadores te alentarán a permanecer en armonía vibratoria con la Fuente, por un sentido de responsabilidad hacia el planeta entero, y consideran que esta es una función vital a emular. Esto no es algo sobre lo que ellos piensen y discutan desde una perspectiva puramente intelectual; es algo que sienten profundamente dentro de sí mismos y que viven apasionadamente cada día.

Cuando observes a estos conectadores, notarás que no viven en el malestar y la enfermedad. Viven como si su cuerpo gozase de salud perfecta. En realidad, piensan y sienten que no existe ningún tipo nuevo de enfermedad del que no hayan sido ya sanados. Creen que atraen soluciones nuevas porque saben que hay muchas soluciones posibles para toda situación dada, incluso para aquellas que a otros pueden parecerles imposibles de superar. Te dirán que las posibilidades de obtener soluciones sanadoras ya están aquí y ahora, y que el curso que tome cualquier enfermedad dependerá de tu propia perspectiva. Precisamente, como creen que los turbulentos sistemas externos se pacifican en presencia de nuestra paz, ven esto como una posibilidad de evolución interna. Pregúntales sobre sus capacidades sanadoras y te dirán: "Yo ya estoy curado, y pienso y siento sólo desde esa perspectiva."

A menudo verás cómo tus enfermedades y molestias físicas desaparecen cuando estás en presencia de conectadores de energía excepcionalmente alta. ¿Por qué? Porque su elevada energía espiritual anula y desarraiga las energías inferiores de la enfermedad. Precisamente, estar en presencia de conectadores te hace sentir mejor porque ellos exudan e irradian una afectuosa y alegre energía que sana tu cuerpo también cuando estás dentro de esta clase de campo energético.

Los conectadores son conscientes de la necesidad de evitar la energía baja. Calladamente, se apartarán de las personas ruidosas, belicosas y juzgadoras, enviándoles una silenciosa bendición y retirándose para dejarles el paso libre. No pierden el tiempo contemplando los violentos programas de la TV ni leyendo los recuentos de atrocidades ni las estadísticas de la guerra. Podrían parecer dóciles o desapasionados a esas personas que disfrutan revolcándose en los horrores que se debaten y emiten.. Partiendo del hecho de que los conectadores no necesitan ganar, ni tener razón, ni dominar a otros, su poder radica en su capacidad de elevar a los demás con su presencia. Comunican su punto de vista permaneciendo en armonía con la energía creadora de la Fuente. Nunca se ofenden, porque su ego no se implica en sus opiniones.

Los conectadores viven sus vidas nivelándose vibracionalmente con el campo de la intención. Para ellos, todo es energía. Saben que adoptar una posición hostil, de odio o de enojo para con la gente que cree y que apoya las actividades de baja energía, que implican alguna modalidad de violencia, sólo potenciará la presencia de esa clase de actividades debilitadoras en este mundo.

Los conectadores viven en su energía más rápida y elevada, que les permite acceder fácilmente a sus poderes intuitivos. Tienen un conocimiento interior acerca de lo que está llegando. Si les preguntas acerca de esto, te dirán: "No puedo explicarlo, pero lo sé porque lo siento en mi interior". Consecuentemente, es raro que se sientan confundidos cuando los sucesos que ellos anticipan y planean crear… se manifiestan. En realidad, en lugar de sorprenderse, esperan a que las cosas se arreglen. Permanecen tan conectados con la energía de la Fuente que son capaces de activar su intuición y experimentar revelaciones acerca de lo que es posible y cómo conseguirlo. Su conocimiento interno les permite ser infinitamente pacientes, y nunca se disgustan por la velocidad o la manera en que sus intenciones se manifiestan.

Los conectadores frecuentemente reflejan las siete caras de la intención descritas a lo largo de las páginas de este libro. Verás personas extraordinariamente creativas, que no necesitarán hacer u ordenar las cosas de la manera en que otros suponen que debe ser. Aplican su individualidad única a sus tareas, y te dirán que pueden crear cualquier cosa en la que pongan su atención e imaginación.

Los conectadores son personas excepcionalmente amables y amorosas.. Saben que, armonizándose con la energía de la Fuente, reproducen la bondad de la que provienen. Además, para ellos no supone ningún esfuerzo ser amables. Siempre son agradecidos con lo que les llega, y saben que esa bondad hacia todo en la vida y hacia nuestro planeta es la manera de mostrar esa gratitud. Debido a su manera de ser, otros querrán devolverles sus favores y se convertirán en sus aliados, ayudándolos a lograr sus propósitos. Se asocian con un numero ilimitado de personas, con cualquiera que llegue revestido de amor, bondad, y generosa asistencia mutua para el cumplimiento de sus deseos.

También apreciarás el modo en el que los conectadores ven la belleza en nuestro mundo. Siempre encuentran algo que valorar. Pueden perderse en la belleza de una noche estrellada o de una rana posada sobre un lecho de azucenas. Ven la belleza en los niños, y perciben el brillo natural y el esplendor de los ancianos. No desean juzgar a nadie en términos de la baja energía negativa, y saben que la Fuente creadora de todas las cosas sólo aporta belleza a la forma material, belleza que, de esta manera, siempre se encuentra disponible.

¡Los conectadores nunca se conforman con lo que saben! Son curiosos acerca de la vida, y les atrae todo tipo de actividad. Siempre encuentran algo que disfrutar en todos los campos del esfuerzo creativo humano, y siempre están expandiendo sus propios horizontes. Esta apertura a todo y a todas las posibilidades, y esta cualidad de expansión constante, caracterizan su habilidad en la manifestación de sus deseos. Ellos nunca dicen "No" al universo. A todo lo que la vida les envía, ellos dicen "Gracias. ¿Qué puedo aprender y cómo puedo crecer a través de lo que estoy recibiendo?" Se niegan juzgar a nadie ni a nada que la Fuente les ofrezca, y esta actitud de constante expansión es la que finalmente los equipara con la energía de la Fuente y es la que abre su vida para recibir toda lo que la Fuente quiera proporcionarles. Son una puerta abierta, que nunca se cierra a las posibilidades. Esto los hace totalmente receptivos a la abundancia que siempre, incesantemente, afluye.

Estas actitudes que verás en las personas conectadoras son precisamente la razón por la que parecen tan afortunados en la vida. Cuando estás con ellos, te sientes energizado, decidido, inspirado y unificado. Estás en presencia de personas hacia las que te sientes inclinado porque te energizan, lo que te aporta una sensación de empoderamiento. Cuando te sientes empoderado y energizado, tú mismo entras también en el flujo de la energía de abundancia de la Fuente y, sin darte cuenta siquiera, invitas a otros a que hagan lo mismo. La conexión no se produce únicamente con la energía de la Fuente, sino con todos y con todo en el universo. Los conectadores están alineados con todo el cosmos y con cada partícula del cosmos. Esta conexión hace posible y disponible el poder infinito de la intención.

Estas personas altamente realizadas piensan desde el fin, experimentando lo que quieren obtener antes de que cobre forma material. Utilizan sus sentimientos como un calibre para determinar si están sincronizados con el poder de la intención. Si se sienten bien, sabrán que están en armonía vibratoria con la Fuente. Si se sienten mal, usarán este indicador para ajustarse con los niveles energéticos superiores. Y, finalmente, actúan, desde estos pensamientos de intención y buenos sentimientos, como si todo lo que deseasen ya estuviera aquí. Si te preguntas qué puedes hacer para que tus deseos se hagan realidad, resueltamente te aconsejarán que cambies el modo en que ves las cosas, y las cosas que ves cambiarán.

Te insto a reproducir tu mundo interior, y a regocijarte en el infinitamente magnificente poder de la intención.

Traducción: Paloma Fernández Fernández
Edición: Cecilia Luvecce Rouvrai