Hace unos años, cuando vivía completamente ajena a la cantidad de tóxicos y venenos colocados en nuestros alimentos y bebidas, tenía una amiga que sufría de enormes jaquecas y migrañas cada vez que pisaba un restaurante chino. De esa forma, supe que el glutamato con el que aderezan las comidas orientales constantemente y que las convierte en tan atractivas para el paladar, producía enormes dolores de cabeza a muchas personas.
Pasó algún tiempo antes de que me diera cuenta de que eso llamado GMS o MSG,o glutamato monosódico, que aparece en las etiquetas de formas variadas desde E-621 a “potenciador de sabor” , “proteina hidrolizada de soja”, “fermentos autorizados”, “caseinatos”, “hidrolizado de proteína vegetal” y mil otras formas creativas, están presentes en una altísima proporción de alimentos procesados, enlatados y congelados.
Los aditivos desde el E621 al E625 son perniciosos para la salud, pero, de todos ellos, el campeón es el E621 o glutamato monosódico.
Voy a daros una perspectiva para que valoréis muy seriamente, especialmente, cuando se trata de la alimentación de los niños y adolescentes, si compráis o no este veneno legal que han introducido en nuestros alimentos y que, según toda la investigación existente, podría estar relacionado con ictus espontáneos, infartos cerebrales, autismo, alzheimer, parkinson, enfermedades neurodegenerativas de varios tipos, obesidad, diabetes, etc etc etc.
El argumento de los fabricantes de glutamato como la corporación japonesa Ajinomoto, (que también tiene el negocio del aspartamo) que vende 700.000 de las 2 millones de toneladas al año que se consumen en el mundo, es que los glutamatos no pueden atravesar la barrera hematoencefálica. ¡Lo cual es falso!. Por ejemplo, la barrera hematoencefálica, que recubre el cerebro, no está definida en su totalidad en el cerebro en desarrollo de los niños, razón por la que hace unos años la FDA prohibió que se empleara en los alimentos infantiles, pero ¡oh! sorpresa, es prácticamente imposible encontrar snacks, que comen los niños de forma habitual, QUE NO LLEVEN GLUTAMATO.
Nadie les advierte ni a ellos ni a las madres de que ese componente puede dañar su salud cerebral.
Algunos ejemplos:
Por otro lado, en los adultos la permeabilidad de la barrera hematoencefálica se ha demostrado científicamente que se produce como resultado de múltiples alteraciones como pueden ser infecciones, el efecto de medicamentos, hipertensión, diabetes, etc. Por otro lado, su permeabilidad ha sido absolutamente demostrada en enfermedades neurodegenerativas como el parkinson o el alzheimer en las cuales las excitotoxinas como el glutamato monosódico causan daños irreparables. Si el cerebro no tiene esa protección, está abierto a ataques a su integridad que pueden venir de los glutamatos y de muchos otros productos que pueden afectar a ésta. Conocí casos en el pasado de reacciones cerebrales muy potentes al consumo de pollo y de glúten, por ejemplo. De hecho, hay algunos terapeutas que tratan la “enfermedad mental” desde la perspectiva nutricional EN PRIMERA INSTANCIA. Para algunas personas, creámoslo o no, el consumo de algunos alimentos puede tener efectos tan potentes en el cerebro como el ácido lisérgico. Pero no me quiero desviar del tema.
Es fácil encontrar a padres que entienden “teóricamente” que estos snacks, por ejemplo, “son porquerías” aunque vayan en esas atractivas bolsitas llenas de dibujos dirigidos a la infancia, pero te dicen que sus hijos “sólo las comen de vez en cuando” o que ellos “no abusan”.
Realmente, no me cansaré de repetir que no es necesario que tengamos que abusar de estos venenos porque los venenos pueden causar daños siempre, sus efectos son acumulativos, dependen del estado del organismo y por lo tanto no es necesario ingerirlos NUNCA. Se sabe que el sistema neuronal trabaja en equilibrio con el químico y sustancias de este tipo pueden causar en niños y adultos ataques de ansiedad, pérdida de equilibrio, pérdida del pulso y muchos otros síntomas de que algo funciona mal. ¿Para qué poner en riesgo nuestra salud por una bolsita de “porquería”? . El único snack que he encontrado salvable son las patatas fritas con aceite y sal (o sin sal) sin aditivos de ningún tipo. Milagrosamente, aún pueden encontrarse, aunque eso no significa que la patata frita sea un gran alimento, sencillamente no lleva el veneno del que estamos hablando en el post.
Para comprender cómo hemos llegado hasta aquí, os comento que fueron los japoneses quienes empezaron esta película de terror aislando el ácido glutámico que contenía el alga kombu que ellos ancestralmente empleaban para acerezar la comida. El descubridor, un tal Ikeda, siguió ensayando hasta encontrar la sal de ácido glutámico con efecto potenciador más fuerte y encontró el glutamato monosódio y la patentó. Y si al principio ésta se extraía del kombu, más tarde se encontró la forma de obtenerlo por medio de bacterias lo que dió paso a que la industria agroalimentaria tomara la patente para darle sabor a sus productos y grandes corporaciones como Oscar Mayer o Campbell comenzaran a añadir esto a todos sus productos.
Se ha observado ‘in vitro’ que a la media hora de poner glutamato al medio de cultivo de las neuronas, éstas comienzan a hincharse y reventar porque el glutamato abre los canales de entrada al sodio de la célula cargándose de ese modo el equilibrio osmótico celular. Tres horas después de añadir glutamato, los macrófagos comienzan a eliminar los restos de las neuronas muertas. Esto lo explico para que visualicemos realmente la escabechina neuronal que producen en nuestros cerebros los productos que tienen MSG añadido. Podríamos decir que su objetivo es casi militar, SEARCH AND DESTROY nuestras neuronas.
Si vas ahora mismo tu alacena verás en las etiquetas de los paquetes de sopa instantánea, cubitos “mágicos” para la sopa, latas de aceitunas, pizzas semi preparadas y congeladas, muchos embutidos preparados, gulas congeladas, palitos de “cangrejo” congelado, casi todos los snacks, verduras congeladas que vengan ya aderezadas…que tienes el E621 por todas partes.
Si decides erradicar el MSG de tu vida, notarás al principio de empezar a leer una a una todas las etiquetas de los productos que metes en la cesta de la compra, que parece que no pudieras comprar o comer nada. Eso es un espejismo. Sigue habiendo productos no procesados y productos congelados naturalmente y conservas que no llevan el MSG, E621. Bien es cierto que cada vez menos. (CRUDIVEGANISMO, SUN GANZING, VEGANISMO, PRANISMO, AGUA DE MAR, ETC)
El problema no es sólo que el glutamato monosódico mate, sino que podemos ir enfermando sin salud mental ni física con un deterioro que no nos permite disfrutar de la vida, aprender, trabajar, conocer o siquiera recordar. El problema es que es un camino directo a la enfermedad neurodegenerativa y no sólo neurodegenerativa ya que este producto está detrás de la obesidad y hábitos de consumo compulsivo, además de la diabetes. Si miras las fotos de la playa de los años 60 y 70 comprobarás que la gente era más delgada, esbelta y sana en su cuerpo. No había tantos gimnasios, pero había mucha menos obesidad,exceso de grasa en el cuerpo, celulitis. En gran parte, eso se debe a que ahora consumimos una gran cantidad de potenciadores de sabor que están ocultos en la comida y que nos hacen comer más de aquello que es más insano. Y lo mismo les ocurre a los niños.